TALLER SOBRE LA DESCRIPCIÓN
Clasifica los siguientes textos según las clases de descripciones.
- "La pequeña vivienda denunciaba laboriosidad , economía, limpieza; todo era rústico, pero cómodamente dispuesto y cada cosa en su lugar. La sala de la casita, perfectamente barrida; poyos de guadua alrededor cubiertos de estera de juncos y pieles de oso; algunas láminas de papel iluminado representando santos y prendidas con espinas de naranjo a las paredes sin blanquear; tenía a la derecha e izquierda las alcobas de la mujer de José y de las muchachas. La cocina formada de caña menuda y con el techo de hoja de la misma planta, estaba separada de la casa por un huertecillo donde el perejil, la manzanilla, el poleo y las albahacas mezclaban sus aromas".
- "En el escaparate había un juguete que la niña siempre le había parecido maravilloso. Era un gusano amarillo que al andar se estiraba y se encogía ondulándose. Tenía una cabezota redonda y los ojos con la mirada traviesa. era el juguete que más había deseado tener y que más le gustaba."
- "María me ocultaba sus ojos tenazmente; pero pude admirar en ellos la brillantez y hermosura de los de las mujeres de su raza en dos o tres veces que, a su pesar, se encontraron de lleno con los míos; sus labios rojos, húmedos y graciosamente imperativos, me mostraron solo un instante el arco simétrico de su linda dentadura. Llevaba, como mis hermanas, la abundante cabellera castaño oscura arreglada en dos trenzas, sobre el nacimiento de una de las cuales se veía un clavel encarnado. Vestía un traje de muselina ligera, casi azul, del cual solo se descubría parte del corpiño y de la falda, pues un pañolón de algodón fino color púrpura le ocultaba el seno hasta la base de su garganta, de blancura mate. Al volver las trenzas a la espalda, de donde rodaban al inclinarse ella a servir, admiré el envés de sus brazos, deliciosamente torneados, y sus manos, cuidadas como las de una reina".
- "Las páginas de Chateaubriand iban lentamente dando tintas a la imaginación de María. Ella, tan cristiana y tan llena de fe, se regocijaba al encontrar bellezas por ella presentidas en el culto católico. Su alma tomaba de la paleta que yo le ofrecía los más preciosos colores para hermosearlo todo, y el fuego poético, don del cielo que hace admirables a los hombres que lo posees y diviniza a las mujeres que a su pesar lo revelan, daba a su semblante encantos desconocidos para mí hasta entonces en el rostro humano. Los pensamientos del poeta, acogidos en el alma de aquella mujer, tan seductora en medio de su inocencia, volvían a mí como eco de una armonía lejana y conocida, cuyas notas apaga la distancia y se pierden en la soledad".
- "Braulio era un mocetón de mi edad. Hacía dos meses que había venido de la provincia a acompañar a su tío, y estaba locamente enamorado, de tiempo atrás, de su prima Tránsito. La fisonomía del sobrino tenía toda la nobleza que hacía interesante la del anciano; pero lo más notable en ella era una linda boca, sin bozo aún, cuya energía varonil de las otras facciones. Manso de carácter, apuesto e infatigable en el trabajo, era un tesoro para José y el más adecuado marido para tránsito".